¿Cepillo de dientes sónico de uso compartido? Basándome en mi experiencia personal, no es una buena idea

Naturalmente, cada uno de nosotros tenía su propio cabezal de cepillado, lo que significaba quitar y volver a poner un cabezal cada vez que uno de nosotros se cepillaba los dientes. Al cabo de unos 18 meses, la primera unidad falló: más o menos de la noche a la mañana, el poste metálico que sujeta el cabezal del cepillo se aflojó, el cepillo hizo de repente al menos el doble de ruido y ya no era posible un cepillado correcto.

Lo atribuimos a la mala suerte. Afortunadamente, el aparato aún estaba en garantía, así que lo enviamos. En lugar de una reparación, recibimos lo que era esencialmente una unidad nueva, lo cual fue estupendo. Pero unos doce meses después, volvió a ocurrir lo mismo: el soporte del cabezal del cepillo se había aflojado y todo el mecanismo vibraba mucho más de lo que debería. Supusimos que debía tratarse de un defecto de este modelo de Philips, sin darle muchas más vueltas a la situación.

Sin embargo, una explicación más realista es simplemente que los cepillos eléctricos no están diseñados para cambiar de cabezal dos veces al día. Los fabricantes asumen que cada persona tiene su propio aparato. Los constantes tirones y empujones necesarios para cambiar el cabezal del cepillo someten a los componentes internos a una sorprendente tensión mecánica. Con el tiempo, es probable que esa tensión sea suficiente para dañar las conexiones y desgastar el cepillo desde el interior.

Así que hemos aprendido la lección y no hemos vuelto a comprar uno nuevo desde entonces. Pero cuando finalmente tengamos que sustituirla, cada uno adquirirá su propio modelo. A la larga, puede que incluso resulte ser la opción más rentable.