Los sistemas de almacenamiento de energía suponen un aumento drástico de la seguridad de las baterías
A medida que las unidades de sistemas de almacenamiento de energía (ESS) crecen en capacidad hasta alcanzar niveles que pueden alimentar una casa durante más de cinco años, el historial de seguridad de sus baterías también mejora.
La mayoría de los fallos de los ESS no se deben ahora a defectos de las baterías, sino a problemas con sus sistemas auxiliares, según un nuevo estudio. De hecho, la tasa de fallos de las celdas y módulos de las baterías ha descendido tanto que ahora sólo representan alrededor del 15% de todos los defectos de los sistemas de almacenamiento de energía.
Las pruebas aleatorias realizadas a más de 65 GWh en proyectos de almacenamiento de energía por la empresa de investigación Clean Energy Associates (CEA) han determinado que el índice de seguridad de sus baterías se ha multiplicado por dos sólo el año pasado. En 2023, las celdas de las baterías eran responsables del 30% de los fallos de las ESS, mientras que los sistemas auxiliares como los supresores de incendios, la gestión térmica o los paneles de circuitos eran responsables del 48% de todos los defectos.
En 2024, los papeles se habían invertido y el 72% de los fallos de fabricación, instalación o funcionamiento se originaron en los sistemas secundarios de las ESS y no en las células de las baterías.
Esta inversión podría explicarse por la proliferación de químicas inherentemente más seguras como las baterías de iones de sodio o LFP del tipo que se encuentran en las populares centrales portátiles como la Anker Solix C1000.
Alternativamente, la introducción de nuevas normas de seguridad y pruebas de certificación también ha contribuido a que las baterías de los sistemas de almacenamiento de energía ya no sean el punto débil en lo que a seguridad se refiere.
En 2026, por ejemplo, el sector de los ESS en Norteamérica se someterá a pruebas obligatorias de incendio a gran escala que reproducirán las condiciones de embalamiento térmico. "La certificación de los productos, la garantía de calidad por parte de terceros y la comunicación directa con las comunidades son esenciales para generar confianza", señala la CEA.
