Miami levanta la prohibición provisional de los patinetes eléctricos compartidos por motivos de seguridad y otros

El auge de los e-scooters como nueva forma de movilidad popular ha sido una especie de fenómeno global. Numerosas ciudades de todo el mundo han permitido a empresas como Lime, Spin y otras inaugurar una nueva era de la llamada "micromovilidad" en forma de pruebas o de forma permanente. Para las empresas, son un medio relativamente barato de obtener un beneficio decente, mientras que, desde el punto de vista del transporte multimodal, cubren un vacío en el transporte de primera y última milla que reduce la congestión y las emisiones.

A principios de noviembre, la ciudad de Miami votó para poner fin a su proyecto piloto de varios años de duración sobre esta tecnología. Como ha sucedido en muchas otras ciudades en las que los e-scooters están a disposición de los viajeros, la ciudad señaló que los e-scooters habían quedado bloqueando el acceso de los peatones y que podían suponer un riesgo para la seguridad de los usuarios y de los peatones. De hecho, en los últimos cuatro años se ha producido en Estados Unidos un aumento del 70% de las lesiones derivadas de su uso, incluidas 71 muertes.

Sin embargo, tras la presión ejercida por Lime y Spin, la ciudad de Miami revocó su decisión, ya que las empresas argumentaron con éxito que tenían pruebas que demostraban que el uso del coche había disminuido desde la introducción de los e-scooters y que conectaban a los residentes con los centros de transporte y también ayudaban a recaudar ingresos para la ciudad. Entre las condiciones de su reintroducción, la policía estará autorizada a poner multas a los conductores que excedan el límite de velocidad y a adoptar otras medidas de seguridad tanto para los conductores como para los no conductores.

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