El alcohol orbita alrededor de una protoestrella: El telescopio James Webb encuentra elementos básicos para la vida

Las dos protoestrellas IRAS 2A e IRAS 23385 son de especial interés para la investigación espacial. Ambas seguirán condensándose en un futuro próximo y recogerán con su gravedad las nebulosas que las rodean.

Si pesan lo suficiente, las protoestrellas se convertirán en verdaderas estrellas. IRAS 2A se considera una estrella ligera y, por tanto, similar a nuestro sol.

La observación de la protoestrella, que se encuentra a 4.500 pársecs o 15.000 años luz de distancia, podría por tanto arrojar luz sobre cómo se formó nuestro propio sistema solar.

El telescopio espacial Hubble detectó amoníaco en su entorno en la década de 1990. El telescopio espacial James Webb (JWST) está revelando ahora otras sustancias que pueden detectarse en el rango micrométrico, es decir, en la luz infrarroja.

Entre ellas se encuentran el ácido fórmico, el ácido acético y el alcohol. Estas moléculas se unen en la Tierra mediante procesos orgánicos, sobre todo durante la fermentación de los alimentos.

Esto nos lleva a preguntarnos qué hacen en grandes cantidades en una nebulosa de otra región del universo. Y si tenemos que reescribir por completo la historia cultural del alcohol.

Afortunadamente no. Básicamente, sólo se necesitan cuatro elementos diferentes para las moléculas: Hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno. Se encuentran entre los elementos más comunes de todos y pueden hallarse allí donde se acumula la materia, incluso en las zonas donde nacen las estrellas.

Actualmente se supone que se crean por la sublimación del hielo, junto a muchas moléculas orgánicas de estructura similar. En este proceso, el agua congelada se vuelve de repente gaseosa cuando se le añade energía y forma estas formas más complejas en presencia de nitrógeno y carbono.

Éstas, a su vez, pueden ser recogidas por cuerpos pesados y acabar viajando por el espacio en forma de asteroides. Si se estrellan contra un planeta recién formado, proporcionan importantes bloques de construcción básicos para la aparición de la vida, o al menos eso dice la teoría.

Así que al menos puede plantearse de nuevo la cuestión de si la vida o el alcohol llegaron primero.