Este asteroide podría chocar contra la Luna en 2032 y enviar restos hacia la Tierra

Mucha gente recuerda asteroide 2024 YR4de entre 40 y 90 metros de ancho, que saltó a los titulares a principios de 2025. Y con razón, porque tras varias observaciones, suponía una amenaza cierta para la Tierra con una probabilidad del 3,1%, aunque posteriormente disminuyó.

De hecho, las observaciones realizadas por el telescopio espacial James Webb https://science.nasa.gov/mission/webb/ permitieron redefinir su trayectoria inicial y salvar así a la Tierra. Sin embargo, sigue siendo noticia, ya que el asteroide 2024 YR4 podría colisionar con nuestra Luna con una probabilidad de hasta el 4,3%.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá) pusieron de relieve el riesgo que corre la Tierra si este asteroide chocara contra nuestro satélite natural. En un estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Lettersestiman que este impacto podría liberar tanta energía como una explosión nuclear, del orden de 6,5 millones de toneladas de TNT.

Y eso no es todo, porque las simulaciones realizadas por estos científicos muestran que 100 millones de kilogramos de material serían expulsados de la superficie de la Luna. Sin embargo, si el asteroide golpeara la Luna por su cara visible, existe un 10% de posibilidades de que estos restos se dirijan hacia la Tierra debido a su atracción gravitatoria.

Sin embargo, si se da este escenario, no habrá necesidad de temer por nuestras vidas. Nuestra atmósfera es lo suficientemente espesa como para protegernos de los desechos espaciales cuyo tamaño oscila entre unos pocos milímetros y varios centímetros. Es más, esto podría dar lugar a una lluvia de meteoritos como nunca antes habíamos visto.

Sin embargo, existe un riesgo real para los satélites que orbitan la Tierra a diversas altitudes. Hay que decir que un solo trozo pequeño de roca, propulsado a miles de kilómetros, es capaz de causar daños considerables a estos aparatos. Por lo tanto, será necesario seguir de cerca la evolución de su trayectoria y los científicos tendrán que tomar las medidas adecuadas para hacer frente a este peligro.