Gran avance en cardiología: La IA podría revolucionar los tratamientos del infarto

La inteligencia artificial podría revolucionar la forma de tratar los infartos. Investigadores de la Universidad de Zúrich y de varias instituciones europeas asociadas han presentado en The Lancet Digital Health un nuevo modelo de IA que predice los riesgos y los resultados del tratamiento de los pacientes con síndrome coronario agudo (SCA) con mucha más precisión que los métodos anteriores. El SCA es un trastorno circulatorio que afecta a las arterias coronarias y aumenta significativamente el riesgo de infarto.

El modelo GRACE 3.0 se basa en datos sanitarios de más de 600.000 pacientes de diez países europeos y aplica técnicas de aprendizaje automático como XGBoost y Rboost para detectar patrones complejos en los datos clínicos. A diferencia de la puntuación GRACE 2.0 tradicional, que se basa en conjuntos de datos más antiguos y en modelos lineales, la nueva versión se desarrolló específicamente para pacientes con infarto de miocardio sin elevación del segmento ST (IMEST), el tipo más común de infarto de miocardio.

Los modelos potenciados por la IA arrojaron resultados impresionantes. El modelo de mortalidad intrahospitalaria -que predice si un paciente morirá durante su estancia en el hospital- alcanzó un AUC de 0,90, superando claramente al sistema de puntuación anterior. Las predicciones de mortalidad a un año también fueron considerablemente más precisas, con un AUC en función del tiempo de 0,84.

Estrategias de tratamiento individualizado del infarto de miocardio

El tercer componente de GRACE 3.0 es especialmente innovador: la predicción individualizada del tratamiento. Utilizando el algoritmo R-Learner, los investigadores pudieron estimar por primera vez cuánto se beneficiaría personalmente un paciente de un tratamiento invasivo precoz, como el cateterismo cardiaco. Los resultados mostraron que sólo un subconjunto de pacientes obtenía un beneficio significativo de la intervención precoz, en particular los individuos más jóvenes, más a menudo mujeres, con una función renal estable y signos claros de isquemia.

Para otros grupos de pacientes, el tratamiento mostró poco o ningún beneficio - o incluso un efecto negativo. Según los investigadores, esta visión podría dar lugar a un cambio en la toma de decisiones clínicas: en lugar de basarse en umbrales de riesgo fijos, la atención futura debería hacer más hincapié en el efecto individual del tratamiento. " El análisis basado en la IA podría mejorar significativamente la atención tras un infarto y potenciar la salud cardiovascular a largo plazo", subraya el equipo de investigación de la Universidad de Zúrich.

A pesar de sus puntos fuertes -incluidos un gran conjunto de datos, la alta calidad del modelo y un diseño fácil de usar-, los autores reconocen varias limitaciones. Los datos proceden exclusivamente de Europa, y las conclusiones sobre la eficacia del tratamiento aún se consideran preliminares, por lo que requieren una mayor validación en futuros estudios. A largo plazo, sin embargo, GRACE 3.0 tiene un gran potencial para dar forma a futuras directrices clínicas.