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Un implante ocular biónico del tamaño de un arroz ayuda a las personas legalmente ciegas a volver a leer letras en un ensayo realizado con éxito y acerca la vista artificial a la realidad: así funciona

Un paciente se somete a un entrenamiento tras recibir el implante ocular electrónico PRIMA (Fuente de la imagen: Moorfields Eye Hospital)
Un paciente se somete a un entrenamiento tras recibir el implante ocular electrónico PRIMA (Fuente de la imagen: Moorfields Eye Hospital)
Un implante ocular biónico inalámbrico del tamaño de un grano de arroz ha ayudado por primera vez a pacientes legalmente ciegos a leer y reconocer caras. Los primeros ensayos muestran que el dispositivo, que se conecta a unas gafas inteligentes impulsadas por IA, podría marcar una nueva era en la visión artificial.

Un implante ocular biónico inalámbrico, más pequeño que un grano de arroz, ha devuelto a pacientes legalmente ciegos la visión suficiente para que puedan volver a leer letras y reconocer caras. El implante, denominado implante PRIMA, ha sido desarrollado por Science Corporation, una empresa biotecnológica californiana especializada en ingeniería neuronal.

El dispositivo, de 2 milímetros cuadrados, se coloca bajo la retina durante una intervención quirúrgica de 2 horas. Una vez activado, se conecta de forma inalámbrica a un par de gafas de realidad aumentada equipadas con una diminuta cámara de vídeo. Este ensayo es probablemente el paso más significativo hasta la fecha hacia la visión artificial funcional.

¿Cómo funciona?

El sistema copia la forma en que los ojos sanos procesan la información visual, pero esta vez sustituye las células sensoras de luz dañadas por componentes electrónicos. A continuación, las gafas capturan vídeo del entorno del usuario y lo transmiten a un procesador de bolsillo. Este procesador utiliza algoritmos de inteligencia artificial para convertir la imagen en patrones de luz infrarroja, que luego se proyectan sobre el implante.

El chip PRIMA contiene una matriz de fotodiodos y microelectrodos que transforman esos patrones de luz en diminutas señales eléctricas. Esas señales estimulan las células retinianas supervivientes alrededor de la mácula dañada, que las transmiten al cerebro a través del nervio óptico. El implante esencialmente "recablea" alrededor de las células muertas, permitiendo al cerebro reconstruir la información visual donde antes no existía.

Dado que el cerebro debe volver a aprender a interpretar estas nuevas señales electrónicas, los pacientes se someten a meses de rehabilitación visual tras la activación. Una función de "acercamiento" de las gafas inteligentes les permite ampliar el texto, lo que ayuda en los primeros ejercicios de lectura.

Los pacientes legalmente ciegos recuperan la capacidad de lectura

En un ensayo clínico multicéntrico realizado en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos, se colocó el dispositivo a 38 participantes con degeneración macular avanzada. Muchos eran incapaces de leer incluso las letras más grandes de una tabla de visión antes de la intervención. Al cabo de un año, más del 80% de los pacientes informaron de una mejora significativa, con una ganancia media de 25,5 letras, unas cinco líneas, en una tabla optométrica. Un participante mejoró 59 letras, o 12 líneas.

El Dr. Mahi Muqit, asesor principal del Moorfields Eye Hospital, describió los resultados como "una nueva era para la visión artificial", y añadió que los pacientes "pasaron de estar en la oscuridad a poder empezar a utilizar de nuevo su visión"

El Dr. Frank Holz, autor principal del artículo publicado en el New England Journal of Medicine, afirmó que el implante "representa un cambio de paradigma" para el tratamiento de la degeneración macular tardía, una de las principales causas de ceguera en los adultos mayores.

Acercar la vista artificial a la realidad

Según el Real Instituto Nacional de Ciegos (RNIB), una de cada cuatro personas legalmente ciegas en el Reino Unido padece una pérdida de visión causada por una degeneración macular avanzada. En la actualidad no existen curas para recuperar la vista una vez dañadas las células; los tratamientos sólo pueden ralentizar la enfermedad. El implante PRIMA cambia esa ecuación al ofrecer una auténtica restauración de la visión central, una hazaña nunca antes lograda en ensayos con humanos.

El cofundador de Science Corporation, Max Hodak, calificó los resultados de "hito en la ingeniería neuronal" y añadió: "Este avance subraya nuestro compromiso con las tecnologías pioneras que proporcionan esperanza a los pacientes necesitados."

La empresa busca ahora la aprobación reglamentaria europea, con la esperanza de que el dispositivo pueda estar pronto disponible a través de sistemas sanitarios públicos como el NHS. Si se aprueba, podría marcar la primera vez que un cerebro, una interfaz informática diseñada para la restauración de la visión pasa de la investigación experimental a la práctica clínica en el mundo real, convirtiendo el sueño de la visión artificial en una realidad.

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David Odejide, 2025-10-24 (Update: 2025-10-24)