Análisis completo del Apple MacBook Pro Retina 15 (Mediados del 2015)

En este punto, dadas las múltiples similitudes con el predecesor, no queremos entrar en mucho detalle sobre la Carcasa, Conectividad y Teclado; toda la información relevante está disponible en nuestro anterior análisis. No obstante, resumiremos los aspectos más importantes a continuación.

Durante los últimos tres años, el chasis de 2.04 kg del MacBook Pro 15 ha sido la referencia de calidad. No hay cambios significativos esta vez – pero eso no es un problema: La estabilidad, calidad de construcción y el diseño siguen siendo muy apropiados para 2015, al igual que la selección de puertos con USB 3.0 (por desgracia sólo 2), Thunderbolt así como WLAN de triple caudal (3x3: 3). Otro aspecto típico del diseño Apple sin florituras: Es muy difícil o incluso imposible hacerle mantenimiento o mejora alguna al dispositivo. La cubierta inferior va asegurada por los tornillos pentalobulares de Apple, y dentro del chasis hay una placa base muy integrada con otros componentes propietarios o incluso soldados (incluyendo CPU, GPU, y RAM). Esto suele implicar que si hay un problema tras el periodo de garantía de 12 meses tendrás que ir a una tienda Apple o al fabricante, lo que suele ser una solución muy cara(puntuación iFixit del anterior: 1/10).

Los dispositivos de entrada del MacBook Pro 15 son similares a los del  modelo de 13" que ya analizáramos. Debido al chasis más amplio, hay tiras más anchas en ambos lados del teclado que acomodan los altavoces. Es una pena que Apple no usara el espacio disponible para teclas de mayor tamaño  – a nuestro parecer Enter, Borrar, y las teclas de cursor podrían ser algo mayores. Aparte de eso, no hay mucho que criticar y el teclado resulta impresionante con su golpe bien definido, desplazamiento generoso así como su retroiluminación ajustable.

El TrackPad sigue midiendo 10.5 x 7.6 cm, pero el fabricante ha implementado la nueva tecnología Force Touch que asegura un punto de presión homogéneo en toda la superficie. El pad ahora también incluye el epónimo Force Click, una especie de disparador en dos fases que ofrece características prácticas tales como una búsqueda rápida en el navegador en OS X. No ha cambiado nada en términos de las excelentes capacidades de deslizado y la respuesta rapidísima durante los gestos multitáctiles  – los usuarios de Windows pueden tener envidia de este touchpad. Más información sobre la tecnología y características adicionales en nuestro análisis del MacBook Pro 13.

Como es habitual, usamos el asistente Apple Boot Camp para instalar una versión de prueba de Windows 8.1 en paralelo con OS X. Normalmente este procedimiento es muy rápido y sencillo, gracias a la partición automática del disco duro y a la instalación automática de drivers  – por desgracia no es ése el caso. Tras un tiempo inusualmente largo, la instalación del Boot Camp se detuvo con un error, lo que resultó en un sistema operativo parcialmente funcional. Si bien pudimos instalar los drivers para WLAN, sonido y webcam más tarde, no pudimos usar la funcionalidad de click derecho del touchpad o las teclas de función del teclado (brillo, iluminación del teclado, sonido). Sólo cabe esperar que Apple resuelva estos problemas de software con rapidez – pero los potenciales compradores deberán tener en cuenta que todo MacBook se diseña principalmente para OS X y que sólo se garantiza un funcionamiento fluido en este sistema operativo.

A pesar de las especificaciones idénticas, el display IPS del MacBook de  2015 tiene un número de modelo nuevo (APPA02E) – ¿un indicador de posibles mejoras? Al menos el valor de negro (0.34 cd/m²) y el contraste (1003:1) siguen siendo los mismos que los de nuestro último análisis, pero esto no quiere decir que la pantalla tenga que esconderse de los rivales. Logran resultados similares, sólo el Asus G501JW queda por detrás en una comparación directa. Sin embargo, sólo se puede lograr un contraste significativamente superior con otras tecnologías de display tales como VA (5000:1 y más) u OLED (casi infinito, gracias a los negros perfectos), pero tienen otros problemas o la fabricación no sería muy económica.

Tradicionalmente, Apple pone mucho énfasis en una reproducción precisa del color y el nuevo MacBook Pro 15 no es una excepción. Las desviaciones del color (DeltaE 2.07) y de la escala de grises (DeltaE 1.93) ya son impresionantes de fábrica, y el calibrado puede eliminar casi por completo las desviaciones (DeltaE menores a 0.5). La cobertura del espacio de color es ligeramente inferior al de la anterior generación (sólo 90.6% sRGB) – en general un resultado muy decente y la pantalla es adecuada para la edición de imagen profesional.

El Core i7-4870HQ (2.5 a 3.7 GHz) de nuestro modelo de pruebas está justo entre el Core i7-4770HQ (2.2 a 3.4 GHz) de la configuración básica y el opcional Core i7-4980HQ (2.8 a 4.0 GHz). Esto quiere decir que han subido la frecuencia en 200 MHz respecto al modelo del 2013 – un aumento muy modesto, pero la razón principal es el largo ciclo vital de la arquitectura Intel Haswell. Las nuevas CPUs quad-core de la generación Broadwell sólo aparecieron a principios de Junio, y se supone que serán mucho más rápidas con un consumo de energía comparable (TDP de 47w) gracias al proceso de fabricación de 14-nm (Haswell: 22-nm). Sin embargo, parece que Apple se ha saltado por completo esta generación y que sólo habrá una renovación completa con Skylake a la primera oportunidad.

Todos los procesadores Intel vuelven a ir equipados con la GPU integrada Iris Pro Graphics 5200 que viene con 128 MB de eDRAM. Esta memoria, que funciona como una caché L4 y también la pueden usar los núcleos de la CPU, reduce la dependencia del ancho de banda de la memoria mejorando así el rendimiento. Tienes que tener un modelo con solución gráfica dedicada si necesitas rendimiento 3D: Según Apple, la opcional Radeon R9 M370X debería ser hasta un 80% más rápida que la GeForce GT 750M del predecesor, lo que resultaría en aproximadamente el doble de rendimiento comparado con la Iris Pro. El portátil cambia al frugal procesador gráfico en inactivo, pero por desgracia sólo funciona en OS X.

Además de los 16 GB de DDR3L-1600 (dual-channel) soldados, la memoria del MacBook incluye un SSD PCIe propietario de 256, 512 GB o 1 TB. El fabricante se enorgullece del hecho de que las tasas de transferencia de los nuevos discos sean, supuestamente, el doble de rápidas que antes – una promesa que verificaremos más tarde.

Según las especificaciones, el Core i7-4870HQ alcanza unas frecuencias máximas impresionantes de 3.7 GHz en aplicaciones monohilo y 3.5 GHz cuando estresas los cuatro núcleos, respectivamente – pero requerirá ciertas condiciones (consumo de energía, temperatura del núcleo). Y esto es un problema: La CPU empieza al menos a 3.3 GHz en los tests multihilo Cinebench (da igual batería que enchufado), pero consume más de 60w y alcanza casi 100 °C. A resultas, la frecuencia cae hasta unos 2.8 a 3.0 GHz tras unos pocos segundos y puede mantenerse a este nivel. Esto quiere decir que, por desgracia, el i7-4780HQ no es más rápido que el viejo i7-4850HQ; el i7-4770HQ y el i7-4980HQ deberían estar a la par bajo carga sostenida, lo que implica que las diferencias de rendimiento entre los diversos modelos quedarán limitados a breves picos de carga o a software mal paralelizado. Las pruebas monohilos se ejecutan con de 3.5 a 3.6 GHz, por lo que el uso del Turbo es bastante bueno.

En general, podemos decir que el MacBook Pro puede convencer con muchas reservas de rendimiento, pero no puede aprovecharse de las CPUs que son muy caras comparadas con los rivales. La eDRAM es sólo una ventaja en ciertas excepciones como WinRAR, pero aumenta el consumo y reduce el potencial Turbo.

Esto nos lleva al siguiente aspecto importante, el nuevo Radeon R9 M370X. El término "nuevo" debería, empero, usarse con cuidado, ya que el chip Cape-Verde que usa tiene más de tres años (anunciado en Febrero del 2012 en la Radeon HD 7770 de sobremesa). Pero lsa especificaciones técnicas no son demasiado malas para los estándares actuales, al menos para un chip de portátil: 640 GCN shaders y 40 TMUs así como 2 GB de memoria GDDR5 (interfaz de 128-bit) combinado con una frecuencia de 800/4500 MHz (núcleo/memoria) debería resultar en una ventaja decente de rendimiento comparado con la anterior GeForce GT 750M.

La M370X logra una ventaja del 34% respecto a la GT 750M en 3DMark Fire Strike, que es la mejor simulación de las demandas de los juegos actuales. Una GeForce GTX 950M o una GTX 960M, que tienen una gama similar de TDP de 50 a 60w, empero, son un 30 o 60% más rápido, respectivamente – no hay alternativas actuales a la arquitectura Maxwell en términos de eficiencia energética. Quizá la GPU AMD no se deba sólo a razones técnicas y financieras, sino también la relación problemática entre Apple y Nvidia …?

Dado que ni la Iris Pro ni la Radeon R9 tienen un decodificador HEVC/H.265 integrado, los vídeos correspondientes los tiene que renderizar la CPU. El potente quad-core logra manejar incluso vídeos 4K con fluidez según el bitrate, pero esta solución ciertamente no es muy eficiente y puede también resultar en un ruido de ventilador muy audible. Los vídeos H.264 ordinarios no se ven afectados por ello.

Aunque las diferencias fluctúan mucho de juego a juego, nuestras pruebas de juego confirman la anterior afirmación: La GeForce GT 750M (modelo GDDR5) es un 30% más lento que la Radeon R9 M370X, que queda un 30% por detrás de la GeForce GTX 950M. Por desgracia, la M370X no es lo bastante potente para la resolución nativa del display por lo que se recomienda que reduzcas la resolución a 1680x1050 combinado con un ajuste gráfico medio. Los rivales como el ZenBook Pro o el Aspire V 15, ambos equipados con una GeForce GTX 960M, son ciertamente mejores opciones para los jugones.

Por desgracia, el MacBook Pro se ve afectado por un problema muy molesto cuando usas Windows, lo que resulta en una caída de frame rate durante las sesiones de juego prolongadas: La GPU Radeon no puede mantener su frecuencia de núcleo de 800 MHz. La frecuencia suele fluctuar entre 675 y 725 MHz, pero cae ocasionalmente a 400 MHz. Los trastabilles resultantes son muy molestos, particularmente jugando a shooters, y parecen causados por ralentización térmica cuando las temperaturas del núcleo alcanzan los 74 °C.